02 abril 2006
Carta de derechos de los usuarios de drogas

A este siniestro personaje sólo le quedan dos alternativas: arrepentirse y abandonar las sustancias prohibidas de por vida o ser arrojado a los infiernos de la marginación y recibir sobre sus espaldas todos los castigos posibles, desde onerosas multas hasta la muerte por sobredosis, adulteración o infecciones varias, pasando por el ingreso en prisión. De ahí que un documento como la Propuesta de carta de derechos de los usuarios de drogas, de Xabier Arana e Isabel Germán, sea imprescindible, y por eso lo incluimos hace tiempo entre nuestros enlaces.

«Un número importante de personas hemos experimentado placer al consumir drogas, es más, algunas drogas legalizadas (por ejemplo el alcohol) muchas veces se relacionan con celebraciones, alegrías y disfrutes. Descorchar una botella de vino, regalar un puro o unos cigarrillos, brindar con un cava o saborear un café ha estado ligado en nuestra cultura a momentos placenteros y de goce. Pese a los efectos negativos que determinados consumos de drogas legalizadas -como se ha puesto de manifiesto en los párrafos anteriores- no es infrecuente el recuerdo de alguna de estas sustancias a momentos y ambientes de disfrute difíciles de olvidar. Esas mismas sensaciones u otras, también placenteras, hay personas que las obtienen mediante el consumo de sustancias hoy ilegalizadas. Sin olvidar determinados consumos problemáticos de las drogas, en la mayoría de los consumos hay un deseo y goce de las personas por consumirlas. "Es un placer deseado, y por ello legítimo" (Neuman 1991:165).Propuesta de carta de derechos de los usuarios de drogas.
Husak (2001:71) tras afirmar que encontrar una actividad que nos produzca placer, sería una ocasión para celebrarlo, se pregunta "¿por qué el hecho de que una droga sea agradable pero carezca de uso médico debe ser razón suficiente para prohibir su consumo con propósitos recreativos?". En el caso de las drogas, como de cualquier otra sustancia, habría que potenciar su investigación para saberlas utilizar de manera que puedan producir sensaciones placenteras con el menor riesgo posible para la salud. Quizás una de las claves para poder entender el llamado 'problema de las droga' 'es el miedo social al placer' (Bru de Sala 2001:29). Este autor no entiende por qué las personas somos tan hedonistas individualmente y tan puritanos socialmente. La respuesta no es sencilla, pero no cabe duda que la influencia de una concepción puritana de la sociedad donde se valora mucho más el sacrificio que el placer, ha impuesto una moral no acorde con los principios de un Estado social y democrático de Derecho.»
Xabier Arana Berastegui, Isabel Germán Mancebo
Etiquetas: placer, propaganda
Enviado por DDAA 10:56