Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC)

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26 febrero 2008

El 'nuevo periodismo' se chuta THC

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Intrépido reportero fabricando un 'reportaje'sobre 'la' drogaEs posible que ustedes recuerden una cosa llamada "periodismo", que básicamente consistía en ofrecer una imagen lo más fidedigna posible de lo que ocurría en el mundo, con la independencia de criterio, el conocimiento y la objetividad como principales valores. Más allá de la imagen idealizada ofrecida por el cine y la literatura, y sin olvidar que, en no pocas ocasiones, los principales valedores de esta imagen han venido siendo ciertos miembros del gremio que siempre hicieron de la sumisión a los dictados del poder una de sus señas de identidad más destacables (hace poco citábamos por aquí al fantoche de Emilio Romero, lameculos a tiempo completo, pero la lista de estos especímenes sería interminable y rebasaría con mucho los límites temporales del franquismo), no cabe duda de que ha habido grandes periodistas desde que existe la profesión.

Muerto Kapuscinski, se acabó el periodismoMal que bien, algunos periodistas sobreviven todavía a la toma de partido obligatoria, a las guerras entre grupos mediáticos, al infotainment como hipnótico y ansiolítico, a la propaganda y el sensacionalismo disfrazados de reportaje de investigación (con una imprescindible herramienta llamada "cámara oculta" que jamás osará introducirse en los despachos del poder), al publirreportaje apenas disfrazado o a las purulencias de la omnipresente prensa rosada, pero se podría decir que el periodismo va camino de convertirse en un oficio para el recuerdo, tan obsoleto como los de aguador, arriero o ejecutivo discográfico.

En ningún otro terreno informativo son más patentes la ignorancia, la irrelevancia y la abyección de los antiguamente llamados periodistas -y habría que inventar urgentemente otro nombre para quienes se dedican a estas labores- que en el de las drogas ilegales, como lo prueba hoy un supuesto corresponsal en Londres del diario ABC llamado Emili J. Blasco quien, en un alarde de amarillismo e inercia que supera todo lo superable, titulaba una crónica de esta forma: "Una periodista de la BBC se inyecta marihuana para un documental"

Taylor, documentándose para sus 'reportajes'En su crónica para ABC, Blasco deshonra su oficio por partida doble: primero, al confeccionar un titular demencial, donde marihuana y THC se toman por la misma cosa, y segundo, al atribuir el carácter de "periodista" y la calificación de "documental" a lo que nada tiene que ver ni con lo uno ni con lo otro. Si Tom Wolfe o Hunter S. Thompson optaron en su día por eliminar la molesta objetividad del catálogo de buenas prácticas del periodista, sus actuales herederos ni siquieran tienen una buena excusa para perpetrar sus fechorías. Al fin y al cabo, Wolfe y Thompson vivieron tiempos de cambio, promesa y bonanza económica, muy distintos a estos de pesimismo, supervivencia y crisis permanente, y en donde no cabe hablar de renovación alguna. Nicky Taylor, a quien el indigno e indignante Blasco se atreve a llamar "periodista", no se dedica a informar sobre hechos, sino a crear "noticias". Así, de la misma forma en que, no hace mucho, esta señora o señorita se unía a una piara de bebedoras excesivas, sumándose a su régimen cercano al coma etílico para alertar sobre los peligros del alcohol, o pasaba seis semanas sin lavarse para no se sabe muy bien qué (en esto consisten sus "documentales" para la BBC Three), ahora le ha dado por inyectarse una dosis de THC, suponemos que para alertar sobre los peligros de la marihuana fumada. Por favor, si al periódico donde Blasco presta sus servicios le queda un rastro de decencia, que le pongan a redactar necrológicas -pero vigílenle de cerca- y que vuelvan a llamar a José Manuel Costa, este sí, y en otros tiempos, excelente corresponsal de ABC en Londres.

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2 Comentarios:

Objetividad y neutralidad forman parte de la perversidad en forma de religión científica o en forma profesional-mercenario.

Ante el bochornoso espectáculo periodístico-mercenario los post como este se agradecen doblemente.

Gracias, DDAA.
Pues yo echo bastante en falta la neutralidad y un mínimo de ética periodística en casos como este.

A ver si te animas a actualizar, Juan Antonio, que llevas mucho tiempo sin regalarnos uno de tus magníficos posts.

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