Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC)

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05 abril 2009

Contra la marihuana terapéutica (como argumento para la normalización)

Mural de Sendys. Visita su flickr
«Lo malo de estos descubrimientos es que les sirve a los que fuman solo por colocarse (destrozando por el camino su salud), para justificarse a si mismos el seguir metiendose. "si el cannabis no es malo" "si tiene muchos efectos beneficiosos"»
No es tan grave que un imbécil cualquiera repita lo que ha escuchado de labios de algún "experto" antidroga, como que estos "expertos" se empeñen en confundir reiteradamente al personal con estas infamias. Es comprensible, por otra parte, dado que si, por un momento, se dispusieran a refutar nuestros verdaderos argumentos en lugar de jugar permanentemente a la falacia del hombre de paja, lo tendrían muy chungo.

Aclarémoslo de una vez por todas: estamos por la legalización del cannabis para todos los usos, especialmente para el consumo lúdico, que es el más perseguido. De esta normalización plena se beneficiarán especialmente determinados enfermos, pero jamás vamos a utilizar su sufrimiento como pretexto, excusa, justificación o lo que sea para el consumo recreativo en mayores de edad, que no necesita de pretextos, excusas o justificaciones. Un artículo que (quitando el error del primer párrafo) suscribimos de punta a cabo, por si algún deficiente mental no entiende el castellano.

La marihuana terapéutica

Nuestro concepto de la marihuana terapéutica«Leo que en Mallorca proliferan varias tiendas propiedad de los nostálgicos de la marihuana. No sé por qué escribo nostálgicos: las pequeñas manitas verdes del cannabis siguen despidiéndose desde las macetas de las ventanas sin acabar de irse nunca. Lo que me extraña son los argumentos que emplean sus abogados, sacando a la luz ocultas virtudes terapéuticas. Aseguran que la marihuana es un relajante mucho mejor que el valium y sin muchos de sus molestos efectos secundarios. Incluso hay estudios que la avalan como una de las pocas sustancias que ha demostrado cierta eficacia en la lucha contra la esclerosis múltiple.

No lo pongo en duda, pero lo que me deja perplejo es el hecho de que nadie diga que simplemente le apetece fumarse un petardo porque sí, porque le gusta. Los placeres están muy mal vistos en esta porquería de mundo libre en que vivimos (libre de humos, añado yo). Así, conozco amigos que fuman mucho más aliviados desde que alguien dijo que el tabaco previene contra el Alzheimer y borrachos melancólicos que se echan la última copa al coleto con resignación, como quien traga una medicina para raspar el colesterol de las arterias. Desde hace unas décadas, se hace deporte no por placer sino por penitencia médica, para desatascar las venas y menear el corazón, e incluso hay tipos que se masturban científicamente, sólo por desatrancar la próstata.

En este nuevo calvinismo de autoayuda cualquier cosa es susceptible de convertirse en cilicio: antes uno olía la piel de una señora como un trámite previo antes del catre, pero con la aromaterapia, la esnifa el sobaco y se cura un sarpullido. Antes uno iba a un concierto para gozar voluptuosamente de la música; ahora, gracias a la musicoterapia, una sinfonía se transforma simultáneamente en un masaje ultrasónico y una sesión de psiquiatría póstuma. Antes se comía, se bebía y se fornicaba para disfrutar; ahora para adelgazar y alcanzar esa utopía o contradicción existencial llamada «vida sana». Una cita romántica con concierto, cena y sesión amatoria, se ha convertido en psicoanálisis musical, régimen y gimnasia.

La «vida sana» es una gilipollez porque vivir es, por definición, estar en la cuerda floja. Mi gran amigo, el cocinero Abraham García, advierte con sorna ante el esplendor lujurioso de alguno de sus platos: «Cuidado, que es rico en colesterol». Al nacer, no nos dan los pulmones, la próstata o el hígado para devolverlos intactos, como en la mili. Nada más triste que el hombre que no bebió ni fumó, y nunca fue más allá de echar unos cuantos polvos bendecidos con su señora para luego morir atropellado por un camión o tranquilamente, a los noventa, mostrando el pecho virgen de cicatrices y el rostro ecuménico, pueril y jubilado de un general chusquero que jamás entró en combate.»

DAVID TORRES: La marihuana terapéutica

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10 Comentarios:

Hola,

estupendo el artículo; se puede decir más alto, pero no más claro.

Sólo añadiré que pienso que el problema es de autoconciencia y honestidad, pero honestidad para con uno mismo.

Por un lado, la formación y el aprendizaje. Veo muchos casos de sujetos poco formados, que tienen problemas con el cannabis, la cocaina, diversos tipos de pastillas, el sexo, etc.,o todo ello, porque no reconocen el principal problema de raiz, su ignorancia. Otra cosa distinta son las posibilidades de formarse en función del lugar donde se haya nacido. También veo personas que desperdician muy inconscientemente grandes oportunidades de formarse.

Por otra parte, el conocimiento y la información. No puede ser que haya sujetos capaces de mantener posiciones inamovibles cuando se les ponen delante razones, argumentos, fuentes, informaciones de diversa índole, tan sólo con el recurrente contraargumento de echar balones fuera o hacer oidos sordos, o, en términos más propios, de no salir de la falacia argumentum ad logicam. ¡Ah, sí, que eso se llama fanatismo!

(sigue)
Pues como comentaba, la honestidad con uno mismo supone autoevaluarse con sinceridad, y reconocer cuando uno se ha equivocado.., para seguir construyendo; y también significa que uno decide, pero con la responsabilidad de haber hecho lo razonable por buscar información, evaluarla y anticipar las cosas, y, por tanto, con la responsabilidad de las consecuencias.

Y esto que os cuento me parece importante porque el componente político es consustancial a cualquier grupo humano, y cualquiera que sea nuestra predisposición siempre que vivimos en sociedad desempeñamos un rol político, hagamos lo que hagamos. Por lo que la cuestión de la autoconciencia y honestidad me parece importante no sólo en una causa tan meridianamente clara como ésta, sino más aún en tantas otras urgentes que tenemos delante en estos momentos tan convulsos e inciertos para tantas y tantas personas, y cada vez más...

Saludos a todos,
Muchas gracias por tus comentarios, Jokin. Soy consciente de que el artículo de Torres servirá de poco frente a la avalancha propagandística y a la imbecilidad promovida por medios de comunicación y agencias antidroga, pero su publicación en el blog me servirá para ahorrarme tecleos innecesarios cada vez que un anormal, de los muchos que hay con el cerebro lavado por la propaganda, me salga con la idiotez de que las cualidades terapéuticas y paliativas del cannabis son un subterfugio para justificar el consumo. Algún fumeta habrá que recurra a esta soplapollez, pero no forma parte de nuestro argumentario en tanto que asociación antiprohibicionista.

En cuanto a esto:

Veo muchos casos de sujetos poco formados, que tienen problemas con el cannabis, la cocaina, diversos tipos de pastillas, el sexo, etc.,o todo ello

A las drogas ilegales se les exige que cumplan unas condiciones imposibles de encontrar en cualquier otro ámbito de la actividad humana, a saber, que todo el mundo se comporte con ellas responsablemente. En breve, todo lo que hacemos es susceptible de abuso, y si este abuso (de la religión, del deporte, del alcohol, del sexo, de la lectura, de la filatelia, etc.) no es un buen argumento para prohibir nada de esto, tampoco lo es para prohibir las drogas. la libertad precede a la responsabilidad, no al revés.
Hola,

de acuerdo contigo DDAA, no puede haber responsabilidad sin libertad, porque no hay responsabilidad por los actos propios si estos no son decididos desde la libertad y el libre albedrío.

Estando de acuerdo en eso, lo que digo es que si dada la libertad, como para conducir un automóvil por ejemplo, para lo que sólo debes acreditar unos conocimientos técnicos minimísimos, pero eres libre de examinarte o no, y luego de conducir o no; si dada la libertad, decía, no se ejerce con responsabilidad, abonamos el terreno para que nos recorten esa libertad a todos porque unos, pocos o muchos, no la ejercen de manera responsable. Y así, por ejemplo, nos encontramos con restricciones cada vez más flagrantes a la libertad de circulación viaria.

(...sigue...)
Sin embargo, tienes razón, el tema de la prohibición de algunas drogas no encaja perfectamente en este argumento que esbozo, porque, que yo conozca, nunca han estado "legalizadas" y por lo tanto no hemos tenido libertad (derecho) para usarlas; y también porque su prohibición obedece a otros factores e intereses mucho más sibilinos. Sin embargo, algo de eso debe de haber cuando el PND o la FAD se hacen fuertes en el mensaje de lo terribles que son para los jóvenes, inconscientes y desinformados, y en ello justifican la prohibición para todos; aunque lejos de informar también se obstinan en desinformar a base de bien. Por otro lado, y sin citar ningún estudio, pues hablo desde mi experiencia, resulta sorprendente ver como mucha gente que tiene problemas con una u otra droga "ilegal", también los tiene con el sexo, la comida, sus relaciones familiares, sus relaciones sociales, o en cualquier otra esfera susceptible de abuso o desequilibrio. No debe ser todo el problemas de las sustancias entonces, y una buena parte de él de la persona y sus decisiones, tanto en lo que se refiere al propio contenido de sus decisiones, como, sobre todo, a la forma en que se tomam esas decisiones. Responsabilidad a fin de cuentas, y antes, desde luego, libertad.

Saludos,
En un artículo anterior hablaba de cómo la ideología antidroga pervierte por completo el concepto de responsabilidad, incitándonos a declararnos irresponsables en cuestiones que competen a nuestra capacidad de decisión al tiempo que se nos responsabiliza de otras que caen fuera de ella. Savater citando a Szasz:

La noción fundamental en el planteamiento de Szász es la casi sonrojante olvidada de responsabilidad. la auténtica degradación moral y política no es consecuencia del abuso de ninguna dañina droga, sino de la delegación culpable de nuestra responsabilidad de seres autónomos en manos del Estado. No hay peor adicción que ésta ni de más aciagas consecuencias, como está a la vista de quien quiera ver.

Las drogas sin pánico · ELPAÍS.com
Hola a todos,

vale DDAA, he leido el post anterior, el de la responsabilidad, con todos los enlaces, el de La Fragua también.

Disculpas por repetir ideas que anteriormente se habían ya vertido en el debate. Lamentablemente, o afortunadamante, cada día tengo más trabajo y menos tiempo para seguir todos los Blogs y sitios de mi interés.

Dicho esto, sin desperdicio el post y los enlaces, muy próximo el fondo al esbozo de mis anteriores comentarios. Gracias.

Después de seguiros, en la medida de mis posibilidades, durante tiempo, y más especialmente en los últimos tiempos, me queda una idea en la cabeza que cada vez va tomando más cuerpo, y que también se ha apuntado ya (Lisergia creo que fue); ¿merece la pena este dialogo de besugos recurrente y sin final? Porque , a juzgar por muchos de los comentarios, hay un buen montón de besugos por ahí, que más bien parecen, por sus razonamientos y argumentos, peces fuera del agua; y desgraciadamente DDAA, las más de las veces acabamos en la falacia argumentum ad logicam o, peor, en la falcia ad hominem por su parte como únicos argumentos irrefutables.

Saludos,
hola a todos, me dirijo a ustedes para dar mi opinión y todo con experiencia incluida.
He pasado por todo; La medicina tradicional; los componentes de esta medicina son muy perjudiciales a la larga,también es droga y engancha mucho, me ha producido alergia a la química, Sensibilidad Química.( no me ha curado y me ha producido otras enfermedades), la medicina alternativa; No cura lo que es crónico tampoco pero no tiene ningún efecto secundario y te mantiene muy bien además.Fumo camnabis sin pasarme porque abusar de cualquier cosa tiene resultados negativos. Bueno, y lo único que me saca de las crisis de ansiedad y dolores musculares etc es decir me relaja es ésta medicina y la verdad es que deberían legalizarla con fines terapéuticos, tengo que ir buscándola y sale muy cara.
Atentamente Nuxvómica.
Me alegro de que la marihuana alivie tus sufrimientos, Nuxvomica, pero este artículo trata sobre la legalización plena del cannabis para todos los usos, independientemente de que alivie o cure a los enfermos. Y, contra lo que dices, por supuesto que puede tener efectos secundarios, como cualquier otro fármaco, pero corresponde a cada usuario decidir si las ventajas superan a los inconvenientes, no a un señor con bata blanca, a un político, a un cura o al puto ministro del interior de turno.
DIOS ESA CHICA ES PRECIOSA!
viva la marihuana, terapéutica o no.

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